Aunque nos parezca mentira, aún quedan laboratorios en los que sus trabajadores registran todos los datos en papel, que si bien es práctico por su rapidez no es nada seguro.
Confiar en el papel para registrar notas tiene sus riesgos, ya que basta con perder el cuaderno, que una página se manche, que anotemos algo encima, para dejar una parte de nuestro trabajo inservible.
1. Se pueden perder datos importantes
Uno de los mayores problemas de anotar observaciones, mediciones, sensaciones, cifras, etc., en un cuaderno es la facilidad con la que se pierde, puesto que nosotros mismos lo podemos extraviar dentro del laboratorio o fuera si no lo llevamos a casa.
No son raros los casos en los que los compañeros lo cogen pensando que es el suyo y lo traspapelan, lo cual significa una enorme pérdida de tiempo y de dinero, puesto que hay que volver a repetirlo todo.
Esto se puede evitar usando LabData LIMS, un software de laboratorio de Orange Data en que se anota todo, quedando guardado y centralizado en un único lugar, pudiendo compartirse con los compañeros o con quien queramos a golpe de clic.
2. Los informes no son exactos
Una de las grandes ventajas de los sistemas como el LabData LIMS es que siempre podemos acceder a los datos exactos, evitando todo error humano. De hecho, el mismo LIMS inicia una investigación si detecta discrepancias.
Además, si se recopilan gran cantidad de cifras en un papel, luego es muy complicado encontrar una concreta, como la temperatura de un líquido en el experimento de un día a una hora.
3. Los cuadernos se pueden quemar o perder en una inundación.
Antes de la aparición de la informática todo se recopilaba en papel, y por eso los laboratorios tenían una caja fuerte a prueba de incendios en donde metían lo importante y quedaba a salvo del fuego y de las inundaciones.
Con el fin de que el sistema funcione, los científicos lo tienen que usar y eso no siempre ocurre, sin olvidar que la caja fuerte está limitada en cuanto al espacio, por lo que solo se meten las investigaciones más recientes.
Las más antiguas se pueden perder y, de nuevo, el software LIMS lo evita, ya que todo se guarda en la nube, por lo que siempre está disponible y se puede acceder a la información desde cualquier parte del mundo.
4. Que las notas no se entiendan
Todos escribimos de manera distinta y cuando lo hacemos rápido no es raro que no entendamos lo que hemos plasmado en el papel, aunque eso se suele solucionar gracias al contexto.
El problema es que cuando hablamos de ciencia esto no es así, ya que confundir un tres con un ocho puede tener consecuencias desastrosas, y eso por no vernos en la situación de que otros científicos tengan que leer nuestras notas con abreviaturas propias, formas de escribir cuando tenemos prisa, etc.
Esto no puede ser hoy en día, de manera que gracias al programa LabData LIMS estos fallos se terminan para siempre, ya que los datos están legibles por todo el mundo.
